Si algo hay que hacer cuando se pasa por un mal momento, es aprender de la experiencia.
Nosotros todavía nos vemos inmersos en la crisis de la pandemia de coronavirus, pero sin duda, ya hay reflexiones que podemos realizar al respecto.
En el post de hoy os contamos el aprendizaje medioambiental que nos deja el covid-19.
Somos prescindibles para la naturaleza
Puede que suene un poco duro decirlo así, pero es lo que hemos podido comprobar.
En los meses más duros del confinamiento, hemos podido ver como la naturaleza recuperaba el terreno perdido.
Osos caminando tranquilamente por las calles de los pueblos de montaña o caballos salvajes corriendo por Sierra Nevada.
Nuestra ausencia les permitió volver a lugares de los que nos habíamos apropiado.
Esto nos hace ver que tenemos que ser conscientes de que todo lo que sucede en el planeta nos debe de importar y de preocupar.
El confinamiento trajo la disminución de las emisiones de CO2
EL CONFINAMIENTO TRAJO LA DISMINUCIÓN DE LAS EMISIONES DE CO2
La hipermovilidad humana, no sólo contribuyó, desgraciadamente, a la expansión rápida del virus, sino que es una de las mayores causas de contaminación.
Durante el confinamiento, las emisiones de CO2 disminuyeron significativamente ya que la inmensa mayoría de la actividad industrial se paralizó.
Pero no solo se paró la industria, nosotros mismos tuvimos que darle al stop y los miles de desplazamientos diarios que se realizaban en coche, autobús, tren o avión pararon en seco.
Y con ellos las emisiones de CO2 y de resto de gases de efecto invernadero.
No necesitamos tanto como pensamos
Otra de las reflexiones que nos trae la pandemia es la del mundo tan exageradamente consumista en el que vivimos.
Durante estos meses de confinamiento hemos comprobado que podemos vivir con lo básico y hemos aprendido a comprar en los comercios de proximidad.
Está claro que tenemos que consumir y apoyar así a la economía para poder dejar atrás esta crisis, pero esto nos demuestra que, a excepción de lo básico, no hay nada extremadamente necesario y que podemos reutilizar muchas de las cosas de las que ya poseemos.
Aprovechar la adversidad para enseñar a los niños la importancia del medio ambiente
Algo que deberíamos hacer es aprovechar las circunstancias para darle a la educación medioambiental la importancia que tiene.
Hay que fomentar en los niños el respeto por la naturaleza y por la conservación del medio ambiente y mostrarles que, a pesar de todo lo que ha sucedido es necesario continuar realizando ciertas acciones para evitar una nueva crisis: la climática.
Fomentar el reciclaje en casa, caminar siempre que sea posible antes que coger el coche, ser responsables a la hora de consumir, reutilizar siempre que se pueda…
Las ciudades vacías nos dejan un recuerdo muy difícil de borrar, pero también nos dejaron cielos limpios y despejados que en muchos lugares, no veían desde hacía mucho tiempo.
Nos olvidamos de los atascos, del ruido y la contaminación del tráfico, lo que debería servir para apostar por otras formas de movilidad en las ciudades.
Más carriles bici y más calles peatonales para ciudades más limpias y amables con el medio ambiente.
Reflexionemos y quedémonos con lo aprendido
Nadie puede poner en duda lo terrible que ha sido, y que por desgracia sigue siendo, esta pandemia de covid-19.
Es por ello que debemos esforzarnos, primero en seguir las normas de seguridad para que no vuelva a repetirse y segundo, en quedarnos con todo lo aprendido.